20 de septiembre de 2024

RINDEN CELAYENSES HOMENAJE A DON FRANCISCO LO DESPIDEN CON OFRENDA Y APLAUSOS

Celaya, Gto. a miércoles 10 de abril de 2024. Don Francisco Álvarez Rodríguez, a quien muchos lo conocen como el «Señor de las pinturas» y que durante años fue

común verlo sentado en el piso del Andador Góngora, afuera del Carmel Inn Coffe en el centro de la ciudad, falleció el pasado domingo en su natal Guanajuato capital, mientras que en Celaya fue reconocido y recordado por un grupo de ciudadanos que colocaron una ofrenda en el sitio donde todos los días se instalaba.

«Don Pancho» o «Don Paco», como le decían de cariño centenas de celayenses que lo conocían, todos los días pintaba paisajes, personajes o figuras en corcholatas, discos, cuadros de madera o papel mache, a costos muy bajos. También elaboraba artesanías.

Tras haber estado enfermo e internado en el hospital durante algunas semanas por un dolor de estómago que luego se le complicó, el pasado domingo falleció en su natal Guanajuato a la edad de 79 años y el martes fue su misa de cuerpo presente en la capital del estado.

Al darse cuenta de la noticia, centenas de personas lamentaron la muerte del artista urbano.

Por lo que un grupo de ciudadanos colocaron una pequeña ofrenda en el lugar donde a diario vendía sus pinturas, ahí le dedicaron un minuto de aplausos, le escribieron mensajes de despedida, colocaron flores y una veladora, además de elevar una oración por su eterno descanso.

Las personas que pasaban por el lugar donde se colocó la ofrenda, se acercaban a leer los mensajes y escribirle palabras de despedida, se persignaban y otros dedicaban unas palabras para recordarlo.

Aunque era serio y a veces hasta introvertido, era muy conocido por su arte y dedicación en sus obras, pero sobre todo por el amor con que pintaba, principalmente los paisajes de Celaya.

Don Francisco platicaba que él empezó a pintar desde niño a los 7 años y su habilidad para realizar figuras en cartón delgado lo aprendió de un arquitecto estadounidense que lo enseño en Guanajuato capital y desde ese momento lo hizo una forma de vida.

En vida, Don Francisco platicó que con sus pinturas y artesanías que realizaba en la calle y a la vista de todos, ayudaron a que sacara adelante a sus hijos, a quienes les pudo pagar una carrera.