Celaya, Gto. a martes 23 de enero de 2024. El Templo de San Agustín es de los más antiguos y emblemáticos de Celaya, sin embargo su deterioro y el mal estado en que se encuentra el edificio es evidente. Aunque no en su totalidad, se realizarán reparaciones a la fachada.
Este martes iniciaron los trabajos de restauración de la fachada y se prevé que terminen a finales de febrero o principios de marzo. La inversión será de 1 millón 78 mil pesos.
Desde hace más de 10 años, los sacerdotes del Templo de San Agustín han solicitado apoyo al Gobierno Municipal y Federal para la restauración del inmueble, ya que tiene graves filtraciones de agua que al llover y con los fuertes vientos provocan que se caiga parte del enjarrado.
En marzo del año pasado se desprendieron trozos del repellado de la torre y de las paredes, los cuales le cayeron a una mujer que esperaba en el semáforo de la calle Ignacio Allende.
El sacerdote de la Orden de los Agustinos y responsable del Templo de San Agustín, Vicente Murillo, informó que desde el 2021 ha pedido la autorización del INAH para poder restaurar el templo de manera integral y también se ha acercado a solicitar apoyo a Obras Públicas y Desarrollo Urbano del municipio, sin tener una respuesta positiva.
El sacerdote Vicente Murillo platicó que hace unos años se hizo una impermeabilización del inmueble y quedó muy bien, pero al poco tiempo nuevamente comenzó a gotear y avisaron al INAH y al municipio.
El sacerdote dijo que sabe que los frailes también tienen responsabilidad en mejorar las condiciones del inmueble, pero el Templo de San Agustín es un inmueble catalogado por el INAH y por lo tanto también se requiere apoyo federal e incluso estatal y municipal.
Al templo de San Agustín le urge impermeabilización, rehabilitar la torre y la restauración dentro del templo.
El padre dijo que los daños son sobre todo por filtración de agua, que al llover y con los fuertes vientos provocan que se caiga parte del enjarrado.
El templo de San Agustín fue construido con un estilo plateresco por el año de 1609 y cuenta con detalles moriscos y talaverescos. Hasta 1880 seguía funcionando como convento, pero fungió como cárcel hasta el año de 1961 y durante la Revolución fue tomada como cuartel y caballerizas para las fuerzas revolucionarias.
