Celaya, Gto. a martes 26 de septiembre de 2023. Las explosiones de aquel fatídico «Domingo Negro», en el que murieron 72 personas y más de 350 resultaron lesionados, cumplen este martes 24 años.
Para muchos es un día inadvertido, para otros es recordar una de las mayores tragedias que han ocurrido en Celaya y la negligencia de las autoridades de aquel momento.
Eran 4 toneladas de pólvora almacenadas en la «Abarrotera Celaya», una bodega ubicada en la calle Antonio Plaza, casi esquina con Felipe Ángeles. Ahí, alrededor de las 10 de la mañana de aquel 26 de septiembre de 1999, explotaron toneladas de pirotecnia. Primero vino una explosión, luego una segunda que fue la más fuerte y que más personas sin vida dejó y hasta una tercera.
Aquel día todo era desastre en la zona, había heridos y fallecidos por doquier, además de los incalculables daños materiales, pero más morales.
Las cifras oficiales marcan 72 personas fallecidas y 350 lesionados, aunque a decir del Obispo de ese entonces, Jesús Humberto Velásquez Garay, él vio más de 100 cuerpos calcinados. Los familiares de personas fallecidas concuerdan que fueron más las personas que murieron, ya que en los anfiteatros habilitados había decenas de cuerpos.
Las explosiones del «Domingo Negro» es uno de los episodios en la historia de Celaya que más duelen.
Actualmente en el sitio donde ocurrió la tragedia, en la calle Antonio Plaza, está instalado el negocio “Desechables y Botanas Lupita”, el cual cierra cada año durante algunos minutos a la hora que ocurrieron las explosiones en 1999 y respeta el acto religioso y rezo que ahí se realiza para recordar a los caídos.
Las investigaciones concluyeron que la tragedia ocurrió por el almacenamiento ilegal de cuatro toneladas de pólvora y fuegos artificiales.
Pero a pesar de que fueron decenas de afectados y que entre los lesionados había viudas y huérfanos que buscaron justicia en contra de los responsables, sólo hubo una persona sancionada, la dueña de la Abarrotera Celaya: Angélica Vargas Bocanegra. A ella se le condenó a 10 años y 4 meses de prisión. Los cumplió en 2018 y quedó libre.
No hubo reparación del daño a los afectados luego de agotarse las instancias legales, tanto en lo penal como en lo civil. El también dueño del negocio y esposo de Angélica, Ignacio Ojeda, falleció en el lugar.
La batalla legal terminó en noviembre del 2017 cuando Florencio López Ojeda, líder de los afectados, falleció.
Tras la tragedia existe la veda de juguetería pirotécnica.
Desafortunadamente la tragedia de 1999, cada vez ha quedado más en el olvido de las personas y de las propias autoridades.
A pesar de la prohibición de la venta, quema y almacenaje de pirotecnia que existe en Celaya, en el municipio es común escuchar y ver el tronadero de cohetes sin que las autoridades frenen estás acciones, ya que -dicen- no hay denunciantes y tampoco los captan en flagrancia.
